Por Blanca Vega
La medicina no ha
logrado encontrar una cura para el alzhéimer —la variante de demencia más común
del mundo que afecta a unos 800 mil españoles— pero sí se ha acercado a cómo
retrasar sus consecuencias. Los estudios epidemiológicos concluyen que existen
cinco claves: comer sano,
ejercitar el cuerpo y el
intelecto, tener una vida social activa y no fumar. Y todo esto hay que practicarlo dos décadas antes de
los 65-70 años, la edad en que se suele manifestar la degeneración.
Las
prevenciones se dividen en primarias —antes de tener la enfermedad— y
secundarias — recién diagnosticada— según la vocera del Grupo de Conducta y
Demencias de la Sociedad Española de Neurología, Raquel Sánchez del Valle. En la primera fase lo que hay que
atacar es el colesterol, disminuyendo sus niveles en la sangre y en la segunda,
cuando la proteína amiloide ya está en el cerebro, hay que aplicar de manera
intensa las cinco claves. Sánchez las resume en “lo que hace bien para el
corazón, hace bien para el cerebro”, pero es enfática en que las medidas se
basan en estudios que “con determinadas características se han asociado a una
disminución de riesgo
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